Skip to content

Políticas institucionales

La Fundación MIGA focalizará sus acciones en el cumplimiento de los principios definidos en el Manifiesto, descrito líneas arriba. En el debate que se generó en el Simposio Internacional, ejecutado en el marco de la Feria Tambo 2012, se planteó que la Gastronomía además de generar los beneficios intrínsecos a su naturaleza, debería convertirse en una opción para lograr un desarrollo económico inclusivo y ambientalmente sostenible, para lo cual debe:

  • Dinamizar la economía, a través de la compra y venta de alimentos, la generación de empleo por los servicios, la generación y/o mayor aprovechamiento de flujos turísticos, etc. Promover lo que se ha denominado “Economía del Sabor”, que pretende mejorar la relación entre cocineros y productores.
  • Apoyar la inclusión social, ofreciendo opciones a productores de pequeña escala, sean agricultores o pueblos indígenas, para desarrollar nichos y segmentos de mercado que los beneficien con mejores precios, contribuyendo a “que los mercados funcionen para los pobres” destacando las características de diferenciación: calidad e inocuidad, y las particularidades de los productos naturales, intangibles e incluso simbólicos.
  • Contribuir al rescate y la revalorización de la cultura, considerando que la cocina es una expresión esencial de la cultura, la recuperación y difusión de la gastronomía permitirán revalorizar la cultura como identidad. Para el efecto, se requiere mejorar la inserción en mercados dinámicos de una oferta integral que articule la gastronomía con otros bienes y servicios con identidad cultural.
  • Apuntar al uso y aprovechamiento de la biodiversidad: El desarrollo histórico de las diferentes cocinas ha aprovechado las opciones de la biodiversidad que estaban a su alcance; y la experiencia internacional muestra que el uso y difusión de productos de la biodiversidad contribuye a su aprovechamiento, en lo posible, de manera sostenible.
  • Aportar a la sostenibilidad medioambiental, trabajando con alimentos sanos, provenientes de producción limpia, orgánica y/o ecológica, y en general con sistemas de uso y aprovechamiento de productos de la biodiversidad que aseguran su conservación.

Asimismo, MIGA ha definido como prioritario trabajar bajo las siguientes líneas de política:

  • Incorporación de la equidad de género y generacional, en la acciones promovidas por MIGA, particularmente a nivel del productor, y en la visión integral de la Agricultura Familiar. La población con la que se debe trabajar sin ningún tipo de exclusión incluye tanto a hombres como mujeres, y jóvenes como adultos. Pero en algunos ámbitos específicos de la cadena gastronómica, se plantea la necesidad de incentivar con mayor énfasis a los jóvenes (discriminación positiva), así como incentivar la igualdad de oportunidades a hombres y mujeres.
  • Impulsar el ejercicio de los Derechos Humanos, contribuyendo al acceso de los actores vinculados a la gastronomía a mejores condiciones de trabajo y, en general, de participación en la vida económica, política, social y cultural; buscando el fortalecimiento de los valores como la cooperación la solidaridad, el diálogo y la transparencia, y la generación de una ciudadanía activa y responsable.
  • Trabajar a nivel nacional y regional. En la medida que no existe una “cocina boliviana” pero sí múltiples cocinas regionales, se deberá priorizar el trabajo a nivel local/regional (bajo un enfoque territorial) y nacional como base para la construcción de un movimiento nacional.
  • El principio de subsidiariedad, por el cual la Fundación MIGA no debe realizar ninguna acción que pueda ser asumida (o ya está siendo realizada) por alguna de las instancias asociadas o involucradas, más próximas a la población y la problemática.
  • La generación creciente de ingresos del evento Tambo, proyectando así su auto suficiencia financiera y se constituya como una unidad de negocio independiente.